Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Ana María Paloma, la joven huilense, marca un hito en el Concurso Nacional de Belleza al ser la primera mujer afrodescendiente en representar al departamento en 91 años. Su presencia redefine la inclusión.

Ana María Paloma, de 23 años y 1.82 metros de estatura, se ha convertido en la abanderada de un cambio histórico en el Concurso Nacional de Belleza (CNB). Representando al Huila, es la primera mujer afrodescendente en portar la banda del departamento en los 91 años del certamen. Su participación oficial inició el 10 de noviembre y culminará el 18, cuando una de las candidatas será coronada Señorita Colombia 2025 en Cartagena. Este acontecimiento ha generado un inmenso orgullo y expectativa en toda la región.

Nacida en Neiva, Paloma equilibra sus estudios de séptimo semestre de Ingeniería Civil en la Universidad Surcolombiana con una profunda conexión al folclor, habiendo integrado el Ballet Folclórico Internacional Sonia Gómez. Su elección fue resultado de un proceso interno de la Corporación de Belleza del Huila, que optó por una selección basada en hojas de vida y perfiles integrales. "Quiero que las niñas y jóvenes que no siempre se ven representadas en estos espacios sepan que también pueden estar aquí”, ha expresado la candidata, enfatizando su rol inspirador.

Más allá de las pasarelas, Ana María demuestra un compromiso social activo, participando en una fundación que acompaña a niños y adultos con cáncer, promoviendo la donación de pelucas. Además, integra el movimiento “Soy Femenina, No Débil”, enfocado en la prevención de violencias y el fortalecimiento de redes de apoyo entre mujeres. Sus trajes, con inspiración en la biodiversidad huilense para el artesanal y un diseño majestuoso para el de coronación, resaltan su conexión con su tierra y su carácter artístico. Esta combinación de academia, arte y vocación social la posiciona como una concursante integral y ejemplar.

La presencia de Paloma en el CNB no solo es una búsqueda de la corona, sino un potente símbolo de inclusión y diversidad para el departamento y el país. A pesar de la naturaleza competitiva del certamen, destaca un ambiente de sororidad y colaboración entre las candidatas, donde el respeto y el optimismo prevalecen. Ella visualiza a una reina como "gestora de proyectos, portavoz de realidades y puente entre comunidades", marcando un precedente para el rol de la mujer en la sociedad. Su candidatura ya ha trazado un antes y un después para la representación de la belleza huilense y nacional, reafirmando que la verdadera belleza reside en la integralidad y el impacto social.