Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, anunció este lunes su aspiración a la Presidencia de Colombia para 2026, inscribiendo su comité por firmas en Bogotá con el movimiento "Reset Total". Va sin partidos.

El exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, hizo oficial este lunes 27 de octubre de 2025 su intención de competir por la Presidencia de Colombia en 2026. Anunció que inscribirá su comité por firmas ante la Registraduría Nacional del Estado Civil en Bogotá. Esta decisión marca el inicio formal de una campaña que se proyecta independiente, lejos de los tradicionales aparatos partidistas. Su propuesta busca un “Reset Total contra el Narco y los Corruptos”, un lema que busca resonar con el electorado.

El anuncio de Quintero llega apenas un día después de la consulta del Pacto Histórico, evento del que se retiró previamente. Argumentó que su participación en dicha consulta implicaba un riesgo jurídico que podría inhabilitarlo para futuras aspiraciones. Pese a su renuncia, su nombre figuró en el tarjetón y sorprendentemente obtuvo 145.558 votos no válidos. En la misma contienda participaron figuras como Iván Cepeda y Carolina Corcho, y se destacó el apoyo a Laura Cristina Ahumada, candidata al Senado respaldada por Quintero, quien alcanzó 68.940 votos.

La estrategia de Quintero se centra en una campaña ciudadana, desligada de jefes políticos o estructuras partidistas establecidas. Para formalizar su candidatura presidencial, deberá recolectar al menos 630 mil firmas válidas. Este proceso representa un desafío logístico considerable, dada la necesidad de verificación de cada una de las rúbricas. El plazo límite para presentar estas firmas ante la Registraduría es el 17 de diciembre de 2025, un periodo que exigirá un intenso trabajo territorial.

La elección de Quintero por la vía de las firmas subraya su intención de construir una plataforma política desde las bases, buscando legitimidad ciudadana directa. Este movimiento lo posiciona como una alternativa por fuera de las coaliciones y partidos existentes, lo cual puede ser tanto una fortaleza como un obstáculo. Su paso a una contienda nacional, tras una gestión local mediática, abre una nueva etapa en su carrera política, ahora con el reto de transformar ese apoyo en una campaña presidencial efectiva y cumplir los requisitos legales para su aspiración.