Por: Administrador

La tranquilidad de la zona rural de Ríonegro, Íquira, se vio perturbada el pasado lunes 8 de diciembre. Integrantes de un grupo armado ilegal realizaron detonaciones al aire durante el sepelio de alias 'El Flaco', encendiendo alarmas sobre la influencia de estas estructuras en la región.

El pasado lunes 8 de diciembre, un inquietante incidente sacudió la apacible zona rural de Ríonegro, en el municipio de Íquira. Durante el sepelio de un individuo conocido con el alias de “El Flaco”, se registraron detonaciones al aire, realizadas por miembros de un grupo armado. Este suceso ha generado gran preocupación en la comunidad y entre las autoridades locales. Alias "El Flaco" había sido neutralizado por la Policía Nacional, días antes, tras una incursión operativa registrada en la localidad de Tesalia, también en el departamento del Huila.

Aunque no se han emitido declaraciones oficiales detalladas sobre la identidad del grupo armado, la acción es una clara muestra de su presencia y capacidad de acción en el territorio. La comunidad, aunque atemorizada, observa con preocupación cómo estas estructuras desafían el control estatal. Residentes de la zona, que prefieren mantener el anonimato por razones de seguridad, expresan su temor ante la constante amenaza. La situación subraya la necesidad de una mayor protección y presencia institucional para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Los hechos se desarrollaron en medio del dolor y la solemnidad de la ceremonia fúnebre. Testigos reportaron que, en un acto que buscaba reafirmar su dominio o quizás rendir un particular "homenaje", varios individuos realizaron disparos al aire. Este tipo de actos, lamentablemente, no son aislados y se inscriben en un patrón de intimidación. La conexión con la baja de "El Flaco" en Tesalia sugiere una retaliación o una ostentación de fuerza por parte de la organización a la que pertenecía.

Este lamentable episodio vuelve a encender las alertas sobre la persistente presencia y las audaces acciones de estructuras ilegales en la región. La capacidad de estos grupos para operar con tal descaro, incluso durante eventos públicos como un sepelio, es un llamado urgente a fortalecer la seguridad. Las consecuencias de esta impunidad se traducen en zozobra para los habitantes y un obstáculo para el desarrollo local. Es imperativo que las autoridades redoblen esfuerzos para desarticular estas redes y garantizar un entorno de paz y legalidad para todos.